El aspecto del puesto se percibe en dos facetas: interior y exterior. Las personas que están dentro tienen que tener la sansación de confort. Sus expectativas en términos de ergonomía y estética tienen que estar cumplidos. El acabado, visto desde cerca, tiene que cumplir con los estándares más altos. El receptor no puede tener la sensación de estar tratando con algo provisional y accidental. Los muebles presentes en el espacio de la exposición tienen que ser cómodos, funcionales y estables, igual que en el interior de las viviendas. Esos criterios se refieren a la los detalles mas pequeños, tengamos en cuenta el reborde que une dos planos, fijación de alfombras o la taza en la que servimos el café. Un elemento muy importante del puesto son también las flores o elementos vegetales que calientan y le dan un encanto al interior.